La enuresis infantil es la falta de control de la emisión de orina tanto diurna como nocturna, aparentemente involuntaria, que se mantiene o aparece una vez se alcanza la madurez fisiológica, tradicionalmente considerada alrededor de los cincos años de edad.
La enuresis no es una enfermedad, sino una alteración o disfunción de origen madurativo.
La podemos clasificar como:
- Enuresis primaria: Es la que padecen los niños que nunca han sido capaces de controlar la orina diurna. La situación se suele prolongar más allá de los cinco años, edad límite donde ya se considera una disfunción patológica. En este caso es necesaria la intervención médica y psicológica.
- Enuresis secundaria: Es la que padecen aquellos niños que tras haber controlado correctamente sus esfínteres correctamente, de repente, tras un periodo de normalidad absoluta, comienzan a tener pérdidas de noche y ocasionalmente de día.
Dentro de estas dos clasificaciones podemos encontrar diversas formas que nos dan lugar a una nueva clasificación:
- Enuresis cotidiana: Es una enuresis primaria que acontece con frecuencia diaria. Suelen ser el 80% de los casos.
- Enuresis irregular: En este caso la frecuencia es mayor, llegando a ser de una vez por semana y también aumenta la edad de los niños a ocho años. Afecta a un 14 %.
- Enuresis intermitente: En estos casos hablamos de niños que descontrolan sus esfínteres de vez en cuando. Este tipo de enuresis esta relacionada con algún motivo evidente, como celos, pesadillas, nervios, algún cambio significativo, etc. Es una enuresis transitoria.
- Enuresis episóica: Se presenta de forma ocasional sin causa justificada, aparentemente. El promedio del descontrol es de ocho a diez veces al año.
Independientemente de su forma de presentación es imprescindible el diagnóstico médico para poder buscar la mejor solución para los niños.
